Qué hacer cuando tu vida social gira en torno a la comida

Qué hacer cuando tu vida social gira en torno a la comida
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Carmen Moreno de Castro
Farmacéutica, dietista-nutricionista y psicóloga
jun 20, 2023
El verano es una época en la que, en parte, todo gira en torno a la comida y eso es algo que no debe ir en contra de nuestra salud física ni mental. Podemos salir a comer fuera y seguir teniendo una alimentación saludable y un estilo de vida sano, si lo alternamos con ejercicio físico regular y un descanso adecuado.

Cuando tu vida social y alimentación son prácticamente una misma cosa, ¡estás de enhorabuena! Si tu vida social gira en torno a la comida, significa que estás integrado en nuestro mundo actual. Significa que cuentas con personas con las que compartir y disfrutar de la enorme oferta gastronómica. Todo ello, hoy en día, es valorado enormemente, quizá por la pandemia por coronavirus que, afortunadamente, hemos dejado atrás.

Precisamente, en la actualidad, la obesidad es un problema de proporciones pandémicas. Se podría resumir en una causa del incremento de la mortalidad global, sin olvidar que, frecuentemente, también supone una fuente de estigmatización y discriminación social.   

A lo largo de los años, hemos adaptado nuestros hábitos de vida y alimentación a un nuevo modelo de sociedad en la que ha cambiado tanto la oferta y accesibilidad a los alimentos, como el tipo de trabajo y nuestra manera de disfrutar del tiempo libre. 

En general, somos más sedentarios y la actividad física que realizamos en la jornada laboral es muy baja porque los procesos de producción se han mecanizado. 

Por el contrario, el disfrute de nuestro tiempo libre va ligado a las diferentes formas de comer fuera de casa. Las relaciones sociales se organizan alrededor de la mesa y la oferta de alimentos muy atractivos y agradables al paladar es casi infinita. 

Existe una situación de gran confusión a la hora de plantearse qué tipo de actitudes y estrategias debemos adoptar para luchar contra una lenta y progresiva ganancia de peso. 

Quisiéramos tener una vida social más saludable y vemos muchas barreras al comer fuera de casa y salir con los amigos a tomar un aperitivo, comer o cenar.

¿Y ahora, en vacaciones, qué?

Con la llegada del verano, las altas temperaturas, los días más largos y todas las terrazas llenas, mantener nuestras rutinas es prácticamente imposible. 

Es una enorme tentación, que vemos como una amenaza, y, sin embargo, es una oportunidad de hacer cosas diferentes que sigan alineadas con el autocuidado y el respeto de nuestro cuerpo.

Tan solo necesitas desplegar todas las herramientas que tenemos a nuestro alcance para afrontar estas situaciones

  • Procura anticiparte y llevar pensado qué tipo de elecciones vas a tomar.
     
  • No razones en términos de todo o nada. No va a ser el último día que salgas, por tanto, no has de comértelo o bebértelo todo, en cada ocasión. Dosifícate.
     
  • Practica el aquí y ahora. Disfruta de cada bocado. Saboréalo, llénate de todas las sensaciones: olor, sabor, textura... Procura no estar pensando en lo siguiente. En repetir.
     
  • Propón alimentos saludables, muchas de las personas con las que compartes estos momentos también quieren seguir cuidándose fuera de casa.
     
  • Planifica el resto de tu tiempo libre con actividades que impliquen movimiento, actividad física y contacto con la naturaleza. Huye del sedentarismo.   
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    

Algunas recomendaciones para tener una alimentación saludable al salir de casa

  1. Enfocarnos en disfrutar de la compañía, la conversación, el entorno, y no solo en ingerir la comida.
     
  2. En cuanto al pan, es preferible incluir la ración durante toda la comida y no tomarla al principio para no abusar. El consumo de pan ha de ser de, aproximadamente, 40 gramos en cada comida, preferentemente integral.
     
  3. Calmar la sed con agua antes de sentarse a comer. Es posible tomar una copa de sidra, vino o cerveza siempre que no exista una contraindicación para beber alcohol por problemas de salud. Una buena opción es optar por la cerveza sin alcohol. 
     
  4. Muchas veces la comida comienza con un primer plato que incluye varios alimentos para compartir y luego se elige el plato principal. En este caso, optar por alimentos de poca densidad energética, como verduras, ensalada o marisco. 
     
  5. Si el primer plato es graso o muy calórico, se puede compensar con un segundo ligero, como pescado al horno o a la plancha.
     
  6. Evitar los fritos y rebozados, mejor, alimentos al vapor, horno o plancha.
     
  7. El postre debe ser moderado. Muchas veces la oferta de postres es muy tentadora. En estos casos, hay que procurar elegir un postre para compartir y tomar media ración como máximo.
     
  8. Si vamos de tapas. Elegir aperitivos no muy calóricos (mariscos, moluscos, vinagretas o banderillas).
     

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Fuente:

  • Nutrición para educadores. José Mataix Verdú, Emilia Carazo Marín.
  • Alimentación consciente. Reduce tu ansiedad y mejora tu dieta. Yolanda Fleta, Jaime Giménez.
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