Relax y peso: ¿hasta qué punto es normal engordar en vacaciones?

Septiembre marca un período de transición, en el que muchos de nosotros regresamos a nuestra rutina diaria, después de unas merecidas vacaciones de verano. Para algunos, este retorno viene acompañado de la preocupación por el aumento de peso durante esos días de relax.

La psicología de la relajación y el peso

La relación entre el estado emocional y el peso corporal es un campo de estudio curioso. Estar relajado puede ser beneficioso para nuestra salud mental, reduciendo los niveles de estrés y mejorando la calidad del sueño.

Existe una conexión entre el estrés y el aumento de peso, ya que el estrés crónico puede desencadenar comportamientos alimentarios poco saludables, la acumulación de grasa abdominal y estados de inflamación corporal.

Cuando estamos relajados durante las vacaciones, es posible que disfrutemos de comidas más abundantes y, ocasionalmente, nos demos el gusto de alimentos menos saludables. Esto puede llevar a un aumento temporal de peso, incluso hay personas que refieren engordar 5 kg en una semana, pero es importante destacar que no necesariamente se traduce en un problema de salud a largo plazo. El aumento de peso en vacaciones puede ser una respuesta natural a un período de relajación y disfrute.

Es fundamental recordar que la relación entre la psicología y el peso es compleja. Las emociones pueden influir en nuestros hábitos alimentarios, pero la manera en que manejemos estas emociones es igualmente importante. 

En lugar de obsesionarnos con la báscula, es más beneficioso aprender a lidiar con el estrés de manera saludable a través de técnicas como la meditación, el yoga o la terapia.

El vínculo entre el exceso de relajación y el aumento de peso

• Hábitos alimentarios: cuando estamos más relajados, es común permitirnos indulgencias alimentarias ocasionales. Estos “pecados culinarios” pueden llevar a un aumento en la ingesta calórica total. Es natural disfrutar de una comida reconfortante de vez en cuando, pero si esto se convierte en un patrón constante, puede resultar en un aumento de peso no deseado.

• Menos actividad física: la relajación a menudo se asocia con una disminución en la actividad física. Si pasamos más tiempo en el sofá o en la hamaca que en movimiento, es probable que quememos menos calorías, lo que puede contribuir al aumento de peso.

• Gestión emocional: estar relajado puede influir en cómo manejamos nuestras emociones y esto influye directamente en nuestras decisiones alimentarias.

Nutrición en vacaciones: ¿es normal engordar?

Es normal experimentar variaciones en el peso corporal durante las vacaciones y esto no necesariamente debe considerarse negativo. Las comidas festivas y los postres deliciosos son una parte importante de la cultura de muchas regiones y pueden disfrutarse con moderación.

El aumento de peso a corto plazo durante las vacaciones generalmente se debe a un exceso de calorías consumidas en comparación con las gastadas. Esto no significa que todos ganen peso durante este período, ya que algunas personas pueden mantener un equilibrio saludable. La clave está en encontrar la armonía entre disfrutar de la comida y mantener una alimentación consciente.

Es importante señalar que la pérdida de peso saludable y sostenible no se logra a través de dietas extremadamente restrictivas, como las que a menudo se inician en septiembre. Estas dietas drásticas pueden tener efectos perjudiciales para la salud y, a menudo, conducen al famoso “efecto yoyó”, en el que se recupera el peso perdido una vez que se abandona la dieta.

Dietas en septiembre: un enfoque saludable

Es comprensible que muchas personas se sientan motivadas para comenzar una dieta en septiembre, después de las vacaciones. Sin embargo, es esencial adoptar una enfoque sensato y saludable hacia la pérdida de peso. En lugar de embarcarte en dietas extremas, considera estos consejos:

• Establece metas realistas: en lugar de buscar una transformación drástica en un corto período de tiempo, establece metas alcanzables a largo plazo.

• Consulta a un profesional: un dietista-nutricionista o un psicólogo especializado en nutrición pueden brindarte orientación personalizada para desarrollar un plan de alimentación y manejo emocional que funcione para ti.

• Adopta hábitos sostenibles: en lugar de centrarte en una dieta temporal, busca hacer cambios en tu estilo de vida que puedas mantener a largo plazo. Esto incluye la incorporación de alimentos saludables y la práctica regular de ejercicio.

• Fomenta la ‘autoaceptación’: aprende a aceptar tu cuerpo tal y como es y valora tu salud y bienestar en lugar de tu peso.

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